Hola hola, blogeras/os!! Aquí vuelvo a la carga como todos los días desde que comenzó mi "infierno alimentario".
Llevo ya la friolera de 17 días a dieta SUPER-ESTRICTA (sin contar aquel "amago" de 2 días que tuve previo a la invasión de placas...)y creo que nunca he estado tan concienciada de no saltarmela absolutamente para nada, como ahora. Vamos, tiene explicación, en otras dietas si un día te lo saltas, lo más que te puede pasar es que ese día no pierdas nada de peso, pero si con esta dieta te la saltas.....LA CAGAS PERO BIENNNNNNN!! Como el fundamento principal de la dieta consiste en entrar en cetosis (es algo un poco largo de describir) que es cuando pierdes kilos a mayor velocidad, si te comes lo que no debes, se pierde ese estado. Se tardan 3 días en entrar otra vez, con lo que por comerte una mierda de galleta que, al final, no te soluciona nada, andas 3 días para atrás en los que no pierdes ni 100 gr. y, sinceramente, PASO UN KILO DE RETROCEDER NI SIQUIERA UN MINUTO!!!
Un momento, en seguida estoy de nuevo con vosotros.........
Ayssssss, ya he retornado....Eso de vivir todo el santo día pegada a la botellita de agua, tiene sus inconvenientes: me paso medio día haciendo pis. ¡Vamos! que estoy pensando en colgarme uno de esos podómetros para ver cuantos km ando y la proporción de calorías que pierdo en ello...¡Qué barbaridad!
Bueno, bueno, no os lo he contado aún, pero esta mañana me ha vuelto a dar un subidón de moral. Ha sucedido a la hora de vestirme. El caso, es que a pesar de que yo me lo notaba mucho en la ropa, no me atrevía a intentar meterme en unos vaqueros concretos, hasta tener la certeza de que había bajado peso y, claro, como ayer se confirmó con creces esa pérdida, hoy me he visto con los ánimos suficientes como para intentar meterme en el pantalón en cuestión. Para poneros en antecedentes, os contaré, que justo antes de ponerme a dieta, existía una separación entre el ojal y el botón, más menos como desde la costa de Algeciras al Peñón de Gibraltar, aparte de que la última vez que conseguí unir ese tan amplio estrecho, me sentía una amenaza para el resto de personas que me rodeaban por miedo a que el botón saliese disparado a modo de proyectíl e impactara en el ojo o cabeza de cualquier persona que rompiera la distancia de seguridad (esto es, unos 2 metros). Felizmente, no sólo he entrado perfectamente dentro del pantalón, no, si no que además he tenido que hacer dos nuevos agujeros al cinturón que llevo puesto e incluso soy capaz de meterme las manos en los bolsillos sin temor de terminar con la punta de los dedillos de las manos gangrenadas.......Uff, primera prueba de vaquero SUPERADA, jajajajajaja. Tengo otros pendientes de ponerme que me encantan, pero esos los dejaremos para el mes de Junio......
Como veréis, en los sobres se gasta uno la pasta gansa, pero ¡no veas lo que te ahorras en comprar ropa! Por que, ¿quién no tiene guardada ropa de hace mil años de la que sabe a ciencia cierta, que no va a ser capaz de subirla de la rodilla pero que aún así tiene la firme esperanza de que algún día la vuelva a usar? Pues eso, que yo soy una de esas personas optimistas que cree que eso va a suceder, y ahora, lo sé. Lo único que espero, es que la ropa no haya sido devorada por las polillas después de haber estado guardada tanto tiempo........(os prometo que las camisetas de "acid" no me las pongo....jajajajajajaja).
Ayer llegó el tan temido día esperado: ME TOMÉ EL BATIDO DE COCO.......¡Señor! yo que soy una enamorada del coco real, que me compro hasta las tarrinas de trocitos de coco del Mercadona, que le echo coco rallado a casi todos los dulces caseros que preparo, como osan estos mamones de Pronokal en llamar coco a esa mierrrrrrrrrda......Por Dios, que asco más grandeeeeeeeeeeeeee. Cuando llegué ayer de trabajar, no había dejado verdura preparada, con lo que opté por lo más rápido a la par que insulso: ensaladita de turno. No tenía ni pizca de ganas de ponerme a hacerme pan o pizza, por lo que me decidí de una vez por todas a terminarme la caja de zumos y batidos que me compré y que aún estaba "habitada" por un sobre solitario....Sólo al abrir el sobre, el olor ya puso de pie mi estómago, pero respiré hondo y pensé: "A lo aceite de ricino te lo tienes que tragar: del tirón y sin respirar"......¡Ni por esas! No fui capaz de bebérmelo entero. Inmediatamente después, me comí la ensalada para mitigar el sabor que afortunadamente, camuflé. Lo importante es que SE ACABÓ EL COCO PRONOKALERO PARA SIEMPRE!!!! Yupiiiiiiiiiiii
Y como todo en la vida tiene su fin, por hoy no castigo más vuestra mente con mis desvaríos y no olvidéis.......COMED COSAS RICAS A MI SALUD!!!
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